ODS 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos

Si algo distingue a nuestro planeta es el intenso color azul que le dan los océanos, que ocupan un 70% de su superficie. Desde las grandes ballenas y los tiburones hasta el plancton microscópico que controla los ciclos biogeoquímicos y bacterias tan abundantes como Pelagibacter, pasando por los corales constructores de arrecifes, las macroalgas pardas tipo sargazo, las praderas de Posidonia o las comunidades de gusanos de tubo gigantes asociados a las fumarolas hidrotermales, la diversidad de la vida en el mar es extraordinaria y forma redes ecológicas muy complejas aún por estudiar en detalle. Hasta hace muy poco, el ser humano apenas se había adentrado en el mar. No se alejaba del litoral y tenía una mínima influencia sobre los procesos marinos. Esta situación ha cambiado drásticamente en las últimas décadas y hoy en día, la presión humana sobre nuestros mares se ha convertido en global. La sobrepesca, la contaminación debida a vertidos, la acumulación de plásticos, la acidificación provocada por el incremento del dióxido de carbono, el calentamiento global, el deterioro de las costas por el desarrollo urbanístico, el aumento del transporte marítimo, son algunas de las muchas amenazas a la vida marina. A ello se une el gran desconocimiento que aún tenemos de ecosistemas como el océano profundo y la falta general de controles en aguas internacionales.